lunes, 27 de mayo de 2013

Chiloé

Chiloé

   Primero un poco de historia de la Isla:

    En realidad no es una isla es un archipiélago con una gran isla, Chiloé y muchas islas menores. Pertenece a la región de los lagos y en ella hay 10 comunas (equivalente a pueblos o ciudades en España): Ancud, Castro, Chonchi, Curaco de Vélez, Dalcahue, Puqueldón, Queilén, Quellón, Quemchi y Quinchao.
    Su nombre deriva de chilwe, que en lengua mapuche significa "lugar de chelles", lugar donde habitan unas aves blancas de cabeza negra llamadas gaviotines o cahuiles (Chroicocephalus maculipennis). Sus habitantes son conocidos como chilotes. Como dato curioso decir que los primeros exploradores y conquistadores, que fueron españoles, la llamaron Nueva Galicia.

    Podría contaros mucho más pero hoy día hay mucha información disponible así que...leer, leer, y leer que es muy bueno. Si esto os aburre quizás Isabel Allende puede ayudaros a conocer la Isla y s cultura con algunos de sus libros.
  
 
 
   Decidimos tomarnos un fin de semana libre y fuera de la ciudad de Concepción, llevábamos ya demasiado tiempo sin conocer nada y es hora de poner rumbo a alguna parte, esta vez toca conocer el sur de Chile, o mejor dicho parte del sur de Chile. En los mapas es un país que se ve largo pero creerme si os digo que una vez aquí las distancias parecen aún mayores.

    Los planes de viaje son los siguientes: viajar durante la noche para poder dormir en autobús y aprovechar el día para conocer. El primer destino una vez salimos de Concepción será Puerto Montt, de aquí la idea es bajar a Chiloé y de acá volver a Puerto Montt, Puerto Varas y de regreso a casa.

    Tomamos el autobús a las 22:45 el viernes, en semicama para poder descansar mejor, que vino a salir por unas 10 lucas después de hacernos una rebaja en la agencia por ser 6 personas. Acá en Chile muchas veces funciona así, te hacen una rebaja por ser un grupo mayor y si sabes regatear. Cogemos rumbo a Puerto Montt por la carretera Panamericana Sur/Ruta 5 cruzando varias regiones del país, la Región del Bio Bio (la nuestra), la Región de la Araucanía, la Región de los Ríos, para llegar finalmente a la Región de los Lagos.


    La hora de llegada fue mas o menos las 08:00, en total unas 9 horas de viaje, de las cuales aprovechamos para dormir, y he de decir que pensaba que no iba a dormir pero concilié el sueño casi desde el minuto uno. Una vez en la terminal de buses de Puerto Montt toca decidir como seguir el camino hacia Chiloé, para ello decidimos ir en bus hasta la isla que nos llevará al mayor núcleo de población de la misma, Castro. Para llegar a la isla de Chiloé debemos de cruzar el estrecho entre el continente y la isla, una vez llegamos al fin de tierra nos suben a un transbordador, el transbordador Cruz del Sur. Una vez dentro se ve lo que hay en la foto.



    Nos abren la puerta y podemos bajarnos por el barco y subimos a la proa, aunque es difícil saber cual es porque ambos extremos del barco eran iguales con puertas levadizas para salida y entrada de vehículos. No tuvimos demasiada suerte en cuanto a el tiempo ese día, ahí fuera entre la brisa del mar y el orbayu hacía mucho frío, pero merecía la pena pasar esos 30-40 minutos ahí, quizás nunca más lo volvamos a vivir. Desde ahí podíamos ver lobos marinos nadando cerca del barco, e incluso lo que parecía ser una tonina (una especie de delfín). Avisan por megafonía que volvamos a nuestros vehículos puesto que estamos llegando a tierra. Una vez llegamos, baja el autobús y seguimos ya camino hasta Castro, por el camino masas de bosque nativo que en principio parecen ser totalmente salvajes.

Llegamos a Castro. Decidimos ir hacia la zona de costa, por suerte no llueve demasiado. Entre otras cosas podemos ver esto que queda recogido en las imágenes:




    En la última foto se ven los palafitos (y como no la señal de vía de evacuación). Estos tienen pilares hechos de pilares de luma (tipo de madera muy resistente a hongos e insectos y con mucha resistencia mecánica) y las paredes son de colores vivos. En Chile parece ser que sus habitantes tienen problemas por la contaminación, y no tienen títulos de propiedad.  Estos palafitos no son exclusivos de este país, pero son un icono de la Isla de Chiloé. Una vez conocemos decidimos adentrarnos un poco en el pueblo, que recuerda al típico pueblo humilde de casas bajas y acogedor de las películas americanas. Entre los atractivos: una iglesia y un parque muy cuidado donde se encuentra la oficina de turismo donde nos dan unos mapas muy bien trabajados. Y donde podemos ver que existe una feria de artesanía y lo que parece ser un mirador para ver mas palafitos y la bahía, pero todo eso será tras la comida.

    Comemos en un restaurante, yo Merluza a la española. Recuerdo que llevaba arvejitas (guisantes o arbeyos), vienesa (salchicha), cholgas (mejillones), una salsa y como no, el omnipresente saber a jabón que aporta el cilantro. Aunque la salsa ocultaba bastante el sabor del cilantro.

    Una vez comidos, toca conocer la feria de artesanía: gorros de lana, ponchos de oveja, de llama, figuritas de madera, entre otras muchos artículos. Vamos ahora hacia el mirador y tenemos estas vistas de mas palafitos.


    Hay que ir pensando en abandonar pues es sábado y aún no conocemos Puerto Montt (solo estuvimos en la terminal), ni Puerto Varas. Decidimos comprar el billete del bus que sale a las 5 y cuarto, pero antes nos tomaremos un café express, y nunca mejor dicho porque si apuramos más perdemos el autobús. Cogemos el autobús y vamos nuevamente hacia Puerto Montt, esta vez viajamos en el transbordador durante la noche. Llegada a Puerto Montt y toca buscar alojamiento, entre las ofertas una señora y un señor ofrecen su casa con agua caliente, calefacción, etc. por 6000 pesos, unos 10 € la noche. Decidimos seguir buscando y tenemos una oferta mejor en  un hostal donde incluyen desayuno.

    Salimos a conocer Puerto Montt nocturno, a través del paseo de la playa, totalmente nuevo y que no tiene nada que ver con el Chile al que estábamos acostumbrados. Se nota que es una zona turística donde circula dinero. Ahora toca cenar en el Tablón del Ancla, donde comemos sandguches, churrascos, y demás, y nos sacan una foto para la web. Ya una vez terminada la cena toca regresar al hostal pues mañana queremos madrugar para conocer la ciudad de día y conocer también Puerto Varas.

    Qué rápido y a gusto  se duerme uno después de tantas horas de autobús y de cosas varias jaja.

Salud! y hasta la próxima entrada!!!...